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Capítulo 17. Colofón para el fin del viaje.

  

Después del accidente con el coche hemos surfeado algún que otro día, ya podré algo de esos días, playa Langosta y alguna cosita más.

  Pero lo interesante lo tuvimos el penúltimo día de viaje, por fin organizamos una excursión a las famosas olas de Ollies Point y Roca Bruja (o Witch Rock).

  Para ir hay que alquilar un barco que te lleve hasta allí, pues en coche tendrías que meterte en un parque nacional, el de Santa Rosa, hacer muchos kilómetros por pistas casi imposibles y luego caminar con todas las cosas para quedarte a acampar, y aún así sólo podríamos surfear Roca Bruja, nunca Ollies a la que el acceso es mucho más complicado.

   Nos levantamos a las 4 de la mañana, para estar a las 6 en la playa desde donde salía la barca, las condiciones parecían muy buenas pues era el día de más swell  de las últimas dos semanas aquí. Una vez en la playa teníamos que tomar una decisión, o esperar media hora y comprar la entrada al parque, 15$, o salir ya y jugárnosla a que llegara la patrullera de la poli y nos sacase del parque, y claro de las olas, preferimos aprovechar el día y tener media hora mínimo sólos en el agua, al final tuvimos suerte y no apareció nadie en todo el día.

  El viaje en bote….duro, entre la velocidad, el viento y los bachecitos del mar llegamos doloridos y muy mojados pero con unas ganas locas de surfear, ver el pico desde atrás se hace muy raro, no se ven realmente las condiciones, veíamos que abrían las olas pero no su forma o tamaño, desde luego estaba fuerte y no metí la GoPro por miedo a perderla. Y menos mal, según nos tiramos entró la primera serie y sin pensarlo a por ella, tres metros huecos que casi me da un infarto. Olas perfectas de entre 2 y 3 metros según las series, huecas y potentes, en más de una me raje del giñe, por no hablar de los revolcones si te pillaba la serie volviendo al pico. Menudo olón, al volver los chicos on los que fuimos, que viven allí nos dijeron que era lo más grande que lo habían surfeado y seguramente de lo más perfecto.

 El baño duró unas dos horas, ya que el agua está más fría que en el resto de Costa Rica y salimos helados. De allí nos dirigimos a Ollies Point, al llegar sucedió lo mismo, sabíamos que estaba más pequeño pero poco más, al agua sin pensarlo mucho pues estábamos totalmente sólos. De metro a metro y medio absolutamente perfecto, lo que se dice un caramelo, yo no daba crédito, ola tras ola, tras ola y tras ola perfectas, fáciles en el take off y con muy buena pared larga y abriendo hasta la orilla.

  Aquí si metí la Gopro, pero no me gustan los resultados, al tenerla puesta en la cabeza se aplana mucho la visión, parece que esta pequeño y plano en vez de cómo realmente se veía surfeándolo, os dejo un par de videos. Puede que sea la ola que más me gustó de todo el viaje, aunque es dificil de decir porque me han gustado a este nivel un buen puñado de olas, quien las tuviera cerca de casa.

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